ıllı Directorio Internacional de Mujeres del Mundo:
ıllı Eugenia de Montijo wiki: biografia, edad, pelicula y libro
- Detalles
- Categoría: MUJERES DEL MUNDO
ıllı Eugenia de Montijo wiki: biografia, edad, pelicula y libro
Emperatriz Eugenia, mil ochocientos cincuenta y seis.Emperatriz Eugenia. Daguerrotipo. Ahí fue donde conoció al futuro emperador, con quien se casó el treinta de enero de mil ochocientos cincuenta y tres. Napoleón terminaba de ser rechazado por la princesa Adelaida, sobrina de la reina Victoria. En un alegato que pronunció un poco antes de su boda, Napoleón dijo: «Prefiero casarme con una mujer a la que amo y respeto que con una ignota, con la que una coalición podría tener ventajas mezcladas con sacrificios». Este comentario fue visto con determinado sarcasmo desde G. Bretaña. Los jornales de ese país realizaron comentarios sobre la unión entre una aristócrata de reconocido estirpe con un miembro de la familia Bonaparte. El dieciseis de marzo de mil ochocientos cincuenta y seis, Eugenia dio a luz a su único hijo, Luis Napoleón, que recibió el título de Príncipe Imperial. Merced a su belleza y elegancia, Eugenia contribuyó de forma señalada al encanto que desprendía el régimen imperial. Su forma de vestir era alabada y también imitada en toda Europa. Su interés por la vida de la reina María Antonieta expandió la moda neoclásica, estilo muy popular a lo largo del reinado de Luis XVI.Fue la persona con más condecoraciones de toda Francia, con veinte condecoraciones y títulos nobiliarios. Madame Carette, quien después va a ser su lectora, describe el vivo reflejo de su seducción: Eugenia era una mujer educada y también inteligente. Tras el nacimiento de su hijo, el príncipe imperial, Eugenia decidió tomar partido activa en la política del Segundo Imperio. Ferviente católica, se opuso a la política de su marido en lo relativo a Italia, y defendió los poderes y prerrogativas del papa en tal país. Desempeñó la regencia del imperio en 3 ocasiones: a lo largo de las campañas de Italia en 1859; a lo largo de una visita de su marido a Argelia en mil ochocientos sesenta y cinco y en los últimos instantes del Segundo Imperio, ya en mil ochocientos setenta. La emperatriz Eugenia secundó las poco afortunadas intervenciones exteriores del imperio: En mil ochocientos sesenta y nueve la emperatriz Eugenia asistió a la inauguración del canal de Suez, construido por su familiar lejano Fernando de Lesseps. También, apoyó las investigaciones de Louis Pasteur, que terminarían en la vacuna contra la saña. Tras la caída del Segundo Imperio Francés, la familia se exiló a Inglaterra. A la muerte del emperador en mil ochocientos setenta y tres, Eugenia se retiró a una villa en Biarritz en la que vivió distanciada de los temas de la política francesa. Su vida adquirió tintes de desgracia libresca cuando su único hijo murió en Suráfrica (mil ochocientos setenta y nueve) a manos de los zulúes. Relacionada genealógicamente con la Casa de Alba, se alojó esporádicamente en el Palacio de Liria de la capital española, en su Quinta de Carabanchel y en el Palacio de Dueñas de Sevilla. Ciertas de sus posesiones, como pinturas y muebles, pasaron a manos de los Alba, como un retrato suyo pintado por Winterhalter y otro de Goya, La marquesa de Lazán. A lo largo de sus estancias en España, eran usuales sus visitas a la reina consorte Victoria Eugenia de Battenberg, de quien era madrina de bautismo y amiguísima. La ex- emperatriz murió a las 8 y media de la mañana del once de julio de mil novecientos veinte a los noventa y cuatro años en el Palacio de Liria de la capital de España, a lo largo de una de sus visitas a España, su país natal. Su muerte fue consecuencia de un ataque de uremia. Inmediatamente su cuerpo fue trasladado en tren a París, acompañado por una comitiva que incluía al Duque de Alba, el Duque de Peñaranda, las Duquesas de Tamames y Santoña y el Conde de Teba. El ataud fue recibido en la estación de Austerlitz por los Príncipes Murat, el Embajador de España y miembros de la nobleza francesa y de España que le rindieron homenaje a lo largo de más de 3 horas. Más tarde el cuerpo fue trasladado a Le Havre y Farnborough bajo custodia del diplomático de España Carlos de Goyeneche. La emperatriz fue sepultada en la cripta imperial de la Abadía de Saint Michael en Farnborough (Inglaterra), a la vera de su esposo y de su hijo, que había fallecido en África.