ıllı Directorio Internacional de Mujeres del Mundo:
ıllı Edith Cavell wiki: biografia, edad, pelicula y libro
- Detalles
- Categoría: MUJERES DEL MUNDO
ıllı Edith Cavell wiki: biografia, edad, pelicula y libro
Nació en Swandeston, condado inglés de Norfolk, en mil ochocientos sesenta y cinco, hija mayor del vicario de la localidad. Tras llenar su educación, trabajó como institutriz para múltiples familias, entre ellas una de Bruselas de mil ochocientos noventa a mil ochocientos noventa y cinco. Volvió a su casa para cuidar de su padre enfermo, y tras su restauración, decidió estudiar enfermería. En mil ochocientos noventa y seis, con treinta años, empezó a trabajar como enfermera en prácticas en el London Centro de salud. En mil novecientos siete, el doctor Antoine Depage la reclutó para transformarla en enfermera jefe del Instituto Berkendael. En el mes de octubre de ese año Depage creó L'École Belge d'Infirmières Diplômées, confiándole la dirección a Cavell. Cuando reventó la I Guerra Mundial, la escuela y el Instituto quedaron a cargo de Cruz Roja, cuyo presidente era Depage. Cavell se transformó en agente del MI6, el servicio secreto británico. Al invadir los alemanes Bélgica, se ordenó que todos "los heridos peligrosos o bien sospechosos" fuesen sacados del centro de salud. Cavell abandonó sus tareas de espionaje y se dedicó a asistir a cientos y cientos de soldados a escapar cara los Países Bajos, país neutral, merced a una red de evasión organizada por belgas de la zona de Mons y franceses de Lille y Valenciennes, violando la ley militar impuesta por los ocupantes. No obstante un espía alemán infiltrado descubrió esta red, lo que llevó a su neutralización y a la detención de numerosas personas, entre ellas Edith Cavell, que fue detenida el tres de agosto y presa en la cárcel de Saint-Gilles. Los juicios a los miembros de la red tuvieron sitio el siete y el ocho de octubre de mil novecientos quince. Edith Cavell no hizo intento alguno de defenderse, aceptando los cargos. El once de octubre fue condenada a muerte. El gobierno británico no pudo hacer nada por salvar la vida de la enfermera. Los U.S.A., que todavía no habían entrado en la batalla, ejercitaron presiones diplomáticas. El primer secretario de su representación en Bruselas, Hugh Gibson, charló con el gobernante alemán de Bélgica, von der Lancken, inclinado a disculpar la vida de Cavell por su honradez al aceptar sus cargos y por haber salvado numerosas vidas alemanas y aliadas: Hugh Gibson, el consultor legal de la embajada estadounidense y el embajador de España, Rodrigo de Saavedra, se organizaron para solicitar la conmutación de la pena o bien por lo menos su aplazamiento, y a lo largo de toda la noche del once al doce de octubre recurrieron a las más altas instancias alemanas sin éxito. Para terminar con las presiones internacionales, los alemanes decidieron ejecutar la sentencia de forma expedita: Cavell fue fusilada en la madrugada del doce de octubre en un terreno militar conocido como Tir National. El embajador de España recomendó que su cuerpo fuera inhumado velozmente en el camposanto habilitado en exactamente el mismo sitio de la ejecución. En los años siguientes a la muerte de Edith Cavell, su historia fue publicada en incontables artículos de prensa, pasquines, imágenes y libros. Se transformó en una figura icónica de publicidad para el reclutamiento militar en G. Bretaña, y en E.U. se usó para acrecentar las simpatías cara el bloque aliado. Su popularidad manaba de su sexo, su profesión de enfermera y de su actitud heroica frente a la muerte. Su ejecución se presentó como una demostración de la barbarie y la degeneración ética de los alemanes. El ministro alemán de Temas Exteriores, Arthur Zimmermann, declaró a la prensa de su país que la ejecución de Edith Cavell había sido «lamentable mas necesaria»: Según afirmó más tarde un oficial del Estado Mayor alemán, «Fue uno de nuestros mayores fallos. No pudimos concebir una acción más impopular». La noche precedente a su ejecución le confesó al capellán de la cárcel que no sentía odio alguno a los alemanes y que no temía a la muerte por el hecho de que había visto tanta en el centro de salud que la conocía demasiado bien. El conocido versista alemán Gottfried Benn, entonces médico militar de la cárcel de Saint-Gilles, presenció y certificó su muerte, y escribió que jamás había conocido una mujer con tanto valor: «¿De qué manera debe juzgarse el fusilamiento de Edith Cavell? Entró en la guerra y la guerra la destruyó». El trece de mayo de mil novecientos diecinueve, finalizada la guerra, el cuerpo de Edith Cavell fue trasladado desde Bruselas a Londres, escoltado por un destacamento de tropas británicas y ovacionado por miles y miles de personas que acompañaron a la comitiva en Bélgica y el R. Unido. Tras el entierro de estado en la Abadía de Westminster, al que asistieron los políticos más señalados y la familia real, el ataud se trasladó por tren a Norwich, donde descansa en una zona llamada Life's Green al pie del muro este de la catedral. El furgón que trasladó sus restos desde Dover a Londres, bautizado como «Cavell Van», el día de hoy propiedad de la Kent and East Sussex Railway, puede visitarse en la estación histórica de Bodiam. Se han erigido monumentos a su memoria en múltiples urbes, de los que, los más esenciales son: La Iglesia de Inglaterra dedica el doce de octubre a la memoria de Edith Cavell, como celebración de su vida y sacrificio, si bien no está canonizada en el sentido tradicional.